Roland Fischer
Photoworks 1984-2011
Roland Fischer 1984 - 2011 es la mayor exposición retrospectiva celebrada hasta el momento de este reconocido fotógrafo alemán cuya obra forma parte de algunas de las más importantes colecciones europeas y americanas de arte contemporáneo, entre ellas las del Museo de Arte Moderno de París, Estrasburgo o Amberes.
La exposición ocupa la totalidad de la primara planta del centro y reúne cerca de 100 piezas de sus series fotográficas más significativas desde la década de los 80 hasta la actualidad. Después de centrar su atención en el retrato a lo largo de los años 80 en la serie Los Angeles Portraits (rostros humanos seriados emergiendo de una piscina) la serie Monks y las impresionantes series de retratos realizadas en China, Roland Fischer aborda en los 90 la representación arquitectónica con la misma aparente objetividad y distancia crítica.
En sus ciclos de Fachadas, los protagonistas de sus imágenes son breves y densos fragmentos de edificios de sedes de corporaciones y grandes compañías de la arquitectura contemporánea asiática y norteamericana. Al fragmentarla, Fischer transforma la arquitectura en “pintura geométrica”, en formas y colores artificiales y de matices tecnológicos remitiendo al urbanismo frío de una sociedad convencional y estereotipada y sin embargo espectacular.
En su más reciente proyecto "Nuevas arquitecturas", explora fenómenos como la habitabilidad del espacio a partir de la de-construcción de los conceptos de interior y exterior en clave formalista que recuerda la pintura cubista, representando de manera simultánea distintos puntos de un mismo espacio. El resultado es, una “tercera” realidad, que como dice el propio Roland: demuestra “en la fotografía el significado no se limita a lo que es reconocible, reduciéndolo a pura abstracción”.
En su más reciente proyecto "Nuevas arquitecturas", explora fenómenos como la habitabilidad del espacio a partir de la de-construcción de los conceptos de interior y exterior en clave formalista que recuerda la pintura cubista, representando de manera simultánea distintos puntos de un mismo espacio. El resultado es, una “tercera” realidad, que como dice el propio Roland: demuestra “en la fotografía el significado no se limita a lo que es reconocible, reduciéndolo a pura abstracción”.